26 de enero de 2013

esas promesas que se cumplen

Algunas veces, en días largos y fríos como el de hoy, necesitas descansar de mi; te alejas con la inocencia de un niño sumergido en los juegos de su imaginacíon.

Mientras tanto estoy acá paciente, feliz y desconcertada, espero a que nuevamente por fin me necesites para salir de mi mundo con dos lunas y cielos color violeta, agitando los brazos al correr  y escuchando el metal de  las llaves en mi bolsa, indicando que es hora una nueva historia.

Y cuando creo morir en minutos de silencio incomodo, el viento me grita que quieres saber de mi, trayendo con el tu aroma y tus risas para reconfortar este corazón asustado.

Al final construimos ese puente de palabras indestructibles del que hablaba Benedetti, y sin saber cuando o como paso, me di cuenta de que yo también te necesito.